Acercarse a Galicia es un asunto, casi casi, "de peregrinaje", en mi caso, con poco "de santo"
Va a ser un cambio brusco: tras la suavidad de los horizontes y ese predominio de la planicie en el Bajo Guadalquivir y de las formas rectilíneas - como una venencia - en el paisaje costero del suroeste atlántico andaluz, con esa línea de costa, baja y arenosa (Bajo de Guía, Doñana...) casi interminable... como el post gusto de los vinos del Marco de Jerez...
virar 180 grados y migrar hacia el Norte, hasta acabar en el antiguo " finis terrae ", de horizontes mucho más movidos, como esas costas con mil pliegues, súper recortadas, rocosas y altas en su mayoría - como el emparrado de sus viñedos -(algunas veces acantiladas; de "Baixas" tienen poco, como esas parras), y encontrar un paisaje fresco,verde... -como esos vinhos galegos-, tan "suyos", pero, al mismo tiempo, tan de "hacerse querer" por el peregrinaje...
Ea, ¡qué se le va a hacer!
Nos sacrificaremos otra vez ( y eso parece ser que sí está emparentado con la "santidad")