Vaya disertación, Juanjo. Enhorabuena.
Los vinos blancos tipo Tondonia son otra dimensión y la verdad es que casi da ganas de beberlos y disfrutarlos sin comida de por medio. A mí me gusta siempre tomar una copa antes de comer con ellos porque se merecen toda mi atención. Sin duda, una de las joyas enológicas de nuesttro país, difícil de encontrar una cosa así fuera de nuestro territorio. Y eso que no soy muy amante de la viura.
Un saludo
Dani