Más allá de lo estrictamente gastronómico, que es de lejos lo más importante de la experiencia y hay que dejar constancia de ello, algunos recibimos una verdadera lección acerca de cómo se debe llevar a cabo una empresa. Satisfacción plena fue la sensación con la que salí de El Cenador.
Brillante exposición de lo vivido, presi salido... perdón saliente ;-)
Un abrazo!