Pues supongo Gabriel que sería propio de las matanzas en los pueblos, ya que en época de escasez se aprovechaba todo.. Me recuerda a mi niñez y a esas reuniones familiares entorno a una buena mesa.
Pues consiste en una fritura con toda la casquería del cordero (Pulmones, hígados, corazón..) y casi al final cuando están bien fritos mi abuela le echaba como seis o siete ajos picados. El sabor es ¡espectacular! Y de primer plato unas buenas sopas de ajo.