Hola Álvaro:
Qué gran artículo, creo que el mejor que has escrito, además me siento plenamente identificado con él. A mí también me gustaría poder apreciar los champagnes rosados, pero por el momento ninguno me ha llegado a encantar. Los rosados de sangrado los veo irregulares, facilones y muchas veces fofos y dulces, no les saco la gracia por ningún lado y con los de ensamblaje me pasa lo mismo que comentabas, que si los catas a ciegas no los distingues de los blancos. En cualquier caso, y aunque sean más comerciales, me suelo quedar con los segundos, ya sabes que con los vinos intento siempre buscar el equilibrio.
Por otra parte, y viniendo de ti no me sorprende pues te voy conociendo, me parece un escrito valiente ante todo. Importas champagnes, catas los rosados de los productores de tu catálogo y te atreves a decir que no te llenan. Chapeau!. Eso es la verdadera honradez.
A ver si Henry nos reconcilia con la cata que tiene preparada...
Un fuerte abrazo y hasta pronto,