Creo que nunca jamás he comido o cenado sin pan. Si me apuras casi preferiría "panear" sin cena. :-)
Ir a Solana es ganar la apuesta. Recuerdo una noche que después de meterme el menú, llegué a Laredo casi a las dos de la mañana, me puse las zapatillas y me fui hasta el Puntal. Pues nada, buen homenaje. Un saludo