Aurelio, cuando quiero poner los pies en la tierra pienso en la capacidad auditiva que tienen los perros, en cuantos sonidos ellos son capaz de oír y nosotros no. Estúpidamente pensamos que no existen pero SÍ existen.
¿Cuántas cosas que no somos capaces de ver, oir, saborear, oler o tocar, existen? Ni me las quiero imaginar.
Éste es el motivo de que me encuentre siempre anclada en un feroz agnosticismo...