Tengo el privilegio de poder decir que he probado al maestro Henri Jayer, Cros Parantoux 1988, durante mi estancia en Londres en un famoso restaurante de Chelsea, 8000 libras, la botella más cara que he vendido nunca, fue la suerte del principiante, encontrarme con un orondo comensal, que resulto ser un magnate del petroleo,amante y productor de vinos en borgoña.
Mi experiencia durante más de 10 años en los restaurantes de lujo, también me ha permitido probar el 90% restante de la lista, aunque ya sabeis, apenas 2 ml, permitidos en el destape de la botella al sommelier.