Cuando visito un restaurante una de mis inquietudes es que el nivel del vino no esté por encima de la comida, como mínimo que esté por igual. El caso de Monvinic es bien claro. Bueno, al menos no ha desentonado y aunque la comida no os haya entusiasmado si ha mantenido el mínimo de nivel exigido porque vaya nivelón vinícola!!!
Enhorabuena por la vivencia y por tú gran crónica.
Un abrazo José!!!