Efectivamente, como el avión de Sevilla a Santander, salía a las 7 de la mañana y por tanto había que estar a las 6 en el aeropuerto, decidimos volver ayer a Sevilla y pasar el día por allí, lo cual me pareció, como siempre que vuelvo a Sevilla, muy interesante. Su encanto y su tapeo son singulares.
Un saludo
Gabriel