Tiempo sin entrar por restaurantes y te encuentro hablando de La Venencia, qué recuerdos... La Ilustre competencia del negocio de mi familia en el nº 13 de Echegaray (donde también nací). Bueno, dejando mis batallitas, lo describes perfectamente, solera y autenticidad con mayúsculas. Siempre que vuelvo por el centro, intento tomarme mi manzanilla y mis anchoitas allí.
Como he comentado otras veces, estos locales deberían estar subvencionados porque son historia viva de cada ciudad.
Abrazotes.