Hombre, hombre, qué pena. Pasar una noche allí y pasear por las noches por su cascos históricos es una delicia. Parece mentira que dos pedazos de pueblos con tanto arte pasen desapercibidos; jopé, que Úbeda y Baeza son Patrimonio de La Humanidad. Ojo, que no te estoy regañando.
Saludos