El cierre de la Embajada como bien dices Javier es una noticia triste para Valencia. No es un local cualquiera es el antiguo palacio del Conde de Trenor en pleno centro de Valecncia. Subir esa escalinata es remontarte en el tiempo. No voy yo a discutir si con Patiño (fui una vez) toco techo gastronómico. Si que te puedo hablar de la última etapa con Nazario Cano al frente después de volver de Perú. Me gusta este cocinero y espero que no abandone Valencia porque su cocina se sale bastante de cierta globalidad que nos invade y yo he disfrutado con él y su trabajo.
En cuanto a la viabilidad del local es complicada. Si gestionar un restaurante de pequeño-medio tamaño ya se hace cuesta arriba imaginaros lo que pude ser semejante "monstruo". Como bien dices mezclar conceptos es difícil. De eventos solo no se puede vivir y de un gastronómico menos con semejante Palacio. La última etapa con los tres espacios puede que fuera la última bala en la recámara que ha tenido Alfredo en su mano para intentar seguir hacia adelante. Al final no ha podido ser y desde aquí solo puedo dar las gracias a Alfredo Bruguera (todo un gentleman) como a Nazario Cano (sencillo como pocos) por los momentos vividos.