Sí, las expectativas, las malditas expectativas... Ummmmm, mala cosa.
Hombré, claro que compensó Alberto, fue una cata magnífica, una vivencia realmente deliciosa, por todo.
Los champagnes son la leche, pero además, Beals, el ponente, los asistentes... Mucho nivel entre ellos, que hacen que exprimas al ponente y le saques todo.
Una gozada, vamos.
Saludos!