Aunque me sigue atrayendo mucho más la cocina occidental, hay que reconocer, al menos por lo que transmiten las fotos, que parece todo muy apetecible. De vez en cuando uno de estos orientales tiene que estar bien, pero los que tengo a mano no merecen la pena. La ignorancia hace a uno atrevido, de ahí que piense que si voy a un japonés saldría con hambre.