Cuando visitamos la casa del vino, como tu la llamaste una vez, siempre hay magia.
Las cosas técnicas, se van aprendiendo, pronto lo sabrás todo. Depende de los bodegueros, hay que explican mucho y otros parece que no quieran dar a conocer ningún secreto.
Ya veremos el año próximo que nos depara el destino. No puedo programar con mucho adelanto, pero no creo que pueda estar un año sin visitar bodegas, ni medio, ni mucho menos. Ja, ja. Es lo que tiene ser como somos.
Feliz tarde de martes. Ha salido el sol. La vida es bella.