No tanto, no tanto…para mí no hay mejor armonía con un lechazo asado que un champagne rosé, y más si hablamos de sus riñones.
Este sábado le dimos bien en Segovia, 30 champagnes (a ciegas) y un cochinillo. Pareja perfecta.
Saludos,
Eugenio.
-
La comida
-
La bebida