Déjate llevar y disfruta.
Cuando terminas te dan el menú y los vinos muy bien impresos (gracias a un excelente proveedor de ofimática que tienen y que tu y yo bien conocemos...)
Con la huella tan profunda que deja comer en El Celler, te aseguro que semanas después todavía te acuerdas de todo.
Besos.
P.S.: que poco te queda...