Jeje, cómo lo pasáis los castellanos vocacionales por esas tierras de Castilla.
No os dejáis una parroquia por visitar!
Y qué cara de felicidad tiene el Compos, se nota que está "en su salsa".
Enhorabuena por la narración y por el disfrute, cántabros universales
;-)
Abrazos
Aurelio Gómez-Miranda.