¡Gracias Jon! Sabes que soy capaz de encajar todo, hasta los piropos de un tío tan atractivo como tú (jajaja).
Es cierto que nos pilla un poco lejos como para visitarlo un día cualquiera, pero cualquier visita, por largo que sea el trayecto, merecerá sin duda la pena porque se come de lujo. Además, Gustavo y Menchu se portaron con nosotros como si fuésemos de toda la vida.
Estoy contando los días que quedan para juntarnos...qué ganas tengo :-))
Un abrazo compañero.