¡¡¡Collons!!! Que decimos en Cataluña.
Parece que aquí el único que tiene derecho a opinar, y decir lo que le salga del forro sin aportar la más mínima prueba, y sin que nadie le pueda llevar la contraria ya que entonces saca a relucir su libertad de expresión, es el cliente.
Pues mira, yo creo que desde el momento que un señor se da de alta en una web pública, y cuenta a todo el que lo quiera leer, "su opinión", (en muchos casos tendenciosa), sobre un restaurante, pierde todo derecho a hablar de la Ley de Proteccion de Datos.
O es que los propietarios, camareros y cocineros de los restaurantes no son también criaturitas de Dios, y no tienen derecho ni a la protección que les pueda otorgar La Ley de Protección de Datos, y ni tan siquiera a exponer sus argumentos?