Uno de los problemas era ese, llegaba a casa y me tiraba en torno a la hora y media o dos horas escribiendo y al final esto te absorbe tanto que te olvidas de otras cosas. Si he podido mantener un blog tanto tiempo es porque tengo buen horario de trabajo y no muchas responsabilidades fuera de él, pero al final todo termina por superarte un poco y decides parar. Me sentiré más liberado, está claro, de hecho esta tarde tengo dos catas y me las voy a tomar de otra forma, sin fotos, sin notas, de otra forma. Lo mismo con el Salón de Peñín la semana que viene. En próximos proyectos quiero buscar algo más de acción y menos de escribir, ya veremos.
Siempre he dicho y remarco una vez más, que lo mejor que me ha pasado desde que tengo una cierta afición por el vino y la gastronomía ha sido conocer a la gente que he conocido, prácticamente en toda España y este blog me ha ayudado mucho a ello. Por eso me duele dejarlo, pero bueno, creo que es una decisión que todo el mundo ha comprendido y además es simplemente un paréntesis.
Un abrazo,
Eugenio.