Cuando uno abre un vino de este tipo, que seguramente lo abramos muy jovenes, no se si hacemos un sacrilegio. Lo que también piensó que es bonito conocer las cosas en su juventud, y como soy curioso por naturaleza, pues lo descorcho.
Aspecto visual: vino blancon con bonito vestido dorado palido.
Aromas de nariz: nariz franca de gran intensidad muy jovial, como si fuese una doncella muy sensual, la nariz nos enamora por su frescura y juventud se muestra juguetona, no tengo gana de correr detras de ella, se esconde y aparece. Me muestra aromas a lias en un principio, como recuerdos a flan con galleta, se va mostrando muy perfumado a base de flores amarillas y blancas, tenemos sensaciones de frescor, que la aumentan con fruta de hueso. El vino tiene un fuerte caracter mineral, con sensaciones a rocas de monte, en el frescor del pequeño altozano.
Aromas de boca: se muestra potente con gran estructura muy jovial, lo notamos graso, muy untuoso, con una acidez de ensueño, que para mi es la columna vertebral del vino, y donde quizá en un mañana todo converga. El vino nos abruma con fruta de hueso, como también pomelos y mandarinas. Jugamos con el, en silencio, se mantiene equilibrado, no hay puntas de acidez ni de alcohol, en esos segundos que se convierten magicos, donde vuelce aparecer la mineralidad. Nos deja un postgusto largo e intenso, ademas de inolvidable.
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