Un vino que lo tiene todo: preciosa visual -brillante y capa media-, intensa y perfilada nariz -frutillas del bosque frescas, café y mentolados-, una boca deliciosa -sápido, con la fruta protagonizando la fase, redondo y con carácter- y notable longitud.

Hay un puntillo ahí de pimiento verde confitado que me ha cautivado y despistado, no lo esperaba yo en una prieto picudo.

Agradecer y dar la razón a Jacomur: efectivamente “la prieto picudo sabe envejecer”

A la vista se presenta con un color picota, con los ribetes y destellos amarronado y algún atisbo del color teja, y con una capa media

En la nariz tiene una intensidad de media a alta, con fruta bastante madura con la fruta de tipo silvestre dominando, algún torrefacto y pocos detalles más de la madera.

En la boca pasa bien con un punto casi goloso, la fruta aun presente, conservado su acidez y con una fase final más bien larga.

Un prieto picudo que aguanta bien el paso del tiempo.

La botella es una gentileza de nuestro compañero Jacomur.

Vino encerrado en botella bordelesa. Y vestido con una etiqueta con aire moderno.
A la vista se presenta limpio, brillante, color rojo picota de 1/2 capa, buena y fina lágrima que se desliza con lentitud por la copa. Menisco con incipientes tonos tejas.
En nariz buena e intensa fruta del bosque en sazón, bayas rojas, arándanos, balsámico, mineral, tizas, madera muy bién integrada.
En boca está elegante, sabroso, taninos domados, frutoso, madera bién integrada, con elegante acidez que te invita beber. Grato, largo y apetecible paso de boca. Me dá una permanencia en boca de 2,45 minutos.