Rojo picota con ribete teja y lágrima muy densa y poco formada. Capa bastante alta, limpio y con brillo. El corcho es de una calidad mejorable.
En nariz al principio aparece tímido y algo soso, sin embargo, dándole tiempo y aire (unas dos horas y media) empiezan a aflorar rosas, jazmín, violetas, ahumados, pimiento, toffee, unas curiosas notas a whisky de malta, tonos punzantes y mucha frescura. Si la botella hubiera durado más, habríamos ido captando muchas más tonalidades.
En boca se muestra muy clásico y equilibrado, aunque todavía sigue algo tánico. Alcohol no tan presente como en otros barolos que son aún más viejos, madera que prácticamente no se nota y acidez apabullante. Frutas rojas y negras, miel, setas, fósforo, cueros, mineralidad y frescura. Elegante y misterioso.
Postgusto larguísimo con recuerdos florales y secantes.
Un vinazo que en un primer momento no me ha dicho gran cosa, pero que según se ha ido abriendo ha desplegado un abanico complejo y cambiante. Una maravilla.

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.

Nariz intensa, compleja, embriagadora, auténtico perfume de Barolo clásico. Sinfonía floral de rosas y violetas, notas de frutas en licor, bombón belga, un fondo especiado de pimienta, nuez moscada, clavo, recuerdos térrreos y fúngicos, huele a bosque umbrío, a tabaco de pipa, a maderas nobles, tiene trazas balsámicas, minerales, en fin, auténtico perfume de las langas. ¡Fantástico!

En boca muestra su juventud pero deja por encima constancia de su calidad, tiene una formidable acidez, su paso es redondo y elegante y su final es largo y persistente, dejando notas de frutas maduras, tonos minerales y especiados, con una profunda y noble huella tánica. Portentoso.

Vigna Rionda es uno de los más importantes pagos de Barolo, un viñedo mítico equivalente a un Chambertin en Borgoña, sin duda un histórico en Serralunga del que han salido y siguen saliendo algunos de los mejores Barolos, y lo cierto es que este 2004 de Oddero es tremendo, nada que ver con sus antecesores, un Vigna Rionda de los que hacen época. Para guardar, aunque ya puede beberse. Unos 72 euros, merece sobradamente la pena.