Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Nariz no muy intensa, poco expresiva en un inicio pero compleja, que muestra múltiples capas de flor más seca, frutas muy maduras, gama de humedades, trufa, bosque umbrío, humus, toques especiados de clavo y balsámicos con algunas trazas minerales, brea y alquitrán. Carece de le fuerza de 2007 pero resulta inquietante.
En boca se muestra austero, complicado, accesible pese a su juventud pero siempre dentro de unas trazas más cerradas y frías, con muy buena acidez, un paso agreste y un final tánico y noble que deja sensaciones minerales y térreas. Buena persistencia.
Este villero 2005 sufre un tanto en comparación con el 2007, más vino en todos los aspectos, aunque lo cierto es que tiene su encanto por su austeridad mineral y su expresión de viñedo, la añada 2005 fue complicada y hay que seleccionar bien, pero hay vinos que han salido bien parados y este es uno de ellos. Unos 37 euros.