Color cobrizo. Burbuja densa. Limpio y brillante.

Más que muchos otros, este espumoso conviene que no se enfríe demasiado y que se junte con el aire para que dé lo mejor de sí. Si seguimos estas premisas, obtendremos un gran resultado pese a su juventud. Uva, flores marchitas, leves toques a fruta roja, especias dulces, mentolados, sidra, algo de panadería, sal...

La boca coge aceleración rápidamente y eso le va confiriendo mayor complejidad. Aunque empieza con la sidra, va cambiando y adquiere un perfil menos natural, más clásico, más oxidativo. Buena acidez, vinosidad, estructura femenina, perfume de flores y fruta, vainilla y un deje mineral muy pronunciado.

Final largo e intrincado.

Un Champagne que necesita mucha paciencia. Después, enamora.

Dorado intenso, burbuja mediana y abundante.
En nariz tiene una cierta intensidad y sobre todo mucha expresividad desde un primer momento. Notas de flor marchita, frutos rojos, compota de manzana con ese toque de sidra tan “natural”, finos especiados, algo de bollería, un marcado fondo mineral, ligeros ahumados y frutos secos. Complejo.
En boca se muestra todavía joven pero ya desarrollado, con equilibrio y poder pero con todos los registros en su lugar. Buena acidez, paso limpio y cremoso, final con buena longitud que nos deja una agradable sensación de frutas maduras y frutos secos amargos, con un carbónico bien integrado.
Jacques Lassaigne es un excelente productor de Montgeux, una zona del sur de la Champagne donde la chardonnay es protagonista, siendo esta cuvée una rareza pues es un blanc de noirs elaborado sin adición de azufre y de una enorme calidad, de corte vinoso y oxidativo. Complicado de encontrar, unos 50 euros.

Gran vino, sin concesiones comerciales ni artificios, pureza, fidelidad extrema al Terruño, biodinamismo y honestidad.

Color amarillo dorado intenso, oscuro, broncíneo; burbuja abundante, fina, de aspecto cremoso; rosarios de diminutas burbujas, de emisión constante.

Aroma a pan caliente, manzana, compota de manzana, fruta roja, pastelería...

Boca extraordinariamente seca e intensa; acidez marcada, gran cuerpo, buena longitud. Puntas amargas en retrogusto.

Sugerencia de maridaje: pescados al horno - poco salseados-, ostras, carnes braseadas sin salsas…

Un concepto enológico con acusada personalidad dentro del universo del Champagne; no es un vino fácil, pero el encanto insolente que ofrece desde el primer acercamiento puede llegar a hacerse irresistible. No es para todos los públicos: muy seco, notas amargas acusadas, recuerdos (en boca) a algunos Finos Jerezanos...
Probablemente evolucione bastante y se afine en botella, aunque ya se encuentra perfecto.

Grande.