Con vinos de esta índole se puede hablar y hablar, porque son muy sentimentales...

Mis sensaciones personales, porque en estos tipos de vinos es donde mayores dosis de subjetividad se pueden aportar a la hora de describir la cata, y sin embargo estoy seguro a que a todos nos va a recrear una imagen, un momento, un lugar de los vividos.

En su visual aún conserva una digna materia colorante, los antocianos no se han precipitado al completo.
En nariz y boca todo sucede con rapidez, porque el oxígeno no se aliará con estos viejísimos vinos, le plantea un nivel de exigencias que termina por declinar al vino en copa más allá de los 10 minutos. Aromas de maderas viejas, de regaliz, de hierro, toques que recrean al cuero húmedo y un sin fin de aromas terciarios, realmente de impresión. En boca su bouquet lo define la salinidad, aún mantiene acidez suficiente para mantener el vino y que no lo percibamos excesivamente delgado. Con vinos de esta índole se puede hablar y hablar, porque son muy sentimentales.

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