Extraordinario este vino que ya puede disfrutarse, aunque tiene potencial y quizá mejoré con algo más de botella. Buena capa, nariz intensa y varietal, la Garnacha y la Cariñena destacan sobre las demás, con predominio de fruta madura, junto con elegantes tostados de la madera, especias dulces y un buen fondo mineral. En boca es toda una explosión, pura fruta, con taninos potentes, pero sedosos y de gran longitud.

Se llevan el primer Clos Mogador que probé (1997) y este. Réné Barbier no tiene par, año tras año nos deleita con magníficos vinos. Color picota cubierto con destellos violetas en el borde. Muy profundo y frutal en nariz, nos da aromas de ciruelas maduras, y sobretodo higos maduros (figues coll de dama), especiados, canela, ahumados, minerales, etc... Paso en boca, amplio, equilibrado, total! muy sabroso, taninos marcados, pero aterciopelados. Mucha persistencia y magnífico retronasal.

Color picota oscuro con borde violeta.
Aroma de muy buena intensidad a frutos licorosos, frutos rojos y negros muy maduros, minerales, flores, vainilla, chocolate, ahumados. Con el paso del tiempo oxigenándose salen también canela, pastelería, toques de maderas y balsámicos, la nariz maravillosa sobre todo por su complejidad y su expresividad.
En boca es sabroso, el paso de boca con buen equilibrio, aunque logicamente muy falto de botella, taninos nobles, muy bueno el retronasal y la estructura, el final largo y con mucha persistencia frutal y a minerales.
La nariz magnifica la califico con un 9,5. La boca aún le quedan unos añitos en botella para que acabe de redondearse.

EXCEPCIONAL. Este vino es de aquellos en el que hacer una nota de cata convencional no tiene sentido, no se puede tener prisa para catarlo, es un estado de ánimo. Catado con tres horas de decantación, aún no se expresa con toda su fuerza, agitándolo un poco más y aireándolo un rato, con un color casi negro y borde violáceo, una intensidad extraordinaria completísimo y complejo, con un fondo mineral siempre presente desde su primera aproximación en nariz hasta la última, que ha sido después de 7h abierto, cada vez que movemos la copa se expresa de forma diferente, evolución excelente dándonos de todo, frutas, flores, balsámicos, especiados, torrefactos, regalices….y el fondo mineral. En boca una delicia, fastuoso, amplísimo, sabroso, exquisito, contundente y elegante, ya maduro, frutal, parece que se puede masticar gran volumen…gran persistencia y acidez que nos está diciendo la longitud del vino, nos ha emocionado.
Se puede disfrutar ya de él y a lo largo de muchos años.