Nuevamente me ha sorprendido Castell D'age rosado por su frescura, donde las burbujas refrescan con fuerza el paladar y explosinan el carácter frutal de la pinot noir, donde prevalecen las sensaciones de golosina en boca, estructurado en boca gracias a su crianza.

Una elección apetitosa para un buen aperitivo que Antonio Fernandez tan sabiamente sabe conjugar a base de unos crepes de manzana, foei y setas.

Si la belleza y delicadeza de la variedad Pinot Noir no estuviera acorde con el resultado cuando entre en escena, dejaría de ser un mito su elaboración. Este cava define bien el concepto de esta variedad, atractiva visual, donde los aromas frutales seducen e invitan al trago, una nariz a base de frutillos rojos bien equilibrados por sus 18 meses de crianza. En boca resulta muy fresco, vivo, con nervio, un cava que invita a jugar, goloso y frutal.