Fuera de catalogo desde luego este luego este enorme vino. Otra joya rara ante la cual hay que quitarse el sombrero y tomarlo como si fuera una experiencia mística más que un vino. Dicen los entendidos que fue embotellado por allá los años 50 y desde luego no se lo voy a discutir.

Se presenta con un color caoba muy oscuro, con muchas partículas en suspensión .
Emite un aroma especialísimo, con algo de acidez volátil, muy tostado en general donde se encuentra vainilla, canela, almendras, plátano con chocolate. Ocho horas después de abierto sigue emitiendo en onda abierta y en directo

La boca es portentosa, potentísima, seco, sólo tiene una puntita dulce que casi ni se apercibe. Con esto en la mesa todo lo demás está de más, y encima me ha salido rimado lo que demuestra que aún esto bajo los efectos del elixir, 48 horas después ¡¡

Aguinaga apunta al puro...como no fumo, añado el fado para acompañarlo. No creo que sean incompatibles las dos opciones.
No lo podría definir mejor que la frase que comenta Manolo en el apunte anterior.
¿Estará mejor al día siguiente lo que sobró? Un vino para el momento “debajo de higuera”.
Esa acidez en boca...y meter la nariz en la copa, no quería salir. Para pasar con el vino una larga sobremesa hablando del pleno disfrute, de las playas, de los congrios, de amplitud o cuadratura de algunos vinos, de la cara de los vecinos a la espalda...y del buen trato y simpatía.
Va un 54 del año de uno, un 70 tinto del año de otro...¿el próximo un 76?
Muy bueno

No es posible, la escala de madeiras sigue subiendo..
caoba, brillo, necesita aire y pronto está firme..mermelada de limón..chocolate con leche y una acidez fantástica...se queda mucho...

"Ya busco yo algo para acompañar el postre..." menuda frase, menuda joya...
todavía sigue...no se si triunfaré con la etiqueta...