Caoba oscuro con ribetes yodados.
En nariz es intenso y complejo combinando unos recuerdos varietales con los propios de la crianza. Notas de caramelo, piel de naranja, flores marchitas y un fabuloso bouquet de ebanistería fina, cedro, frutos secos y ligeros barnices. Fino, con el alcohol perfectamente integrado y poca volátil.
En boca es un prodigio de equilibrio, ya que no resulta nada agresivo, tiene una acidez muy bien integrada y el final es sedoso y placentero, dejando un recuerdo mínimamente
abocado con una persistencia asombrosa. Quedan recuerdos de almendras garrapiñadas.

Un vino que podemos asemejar con un oloroso dulce jerezano pero con menos volátil y más presencia varietal. Vino complejo, serio, excelente como postre o como copa de sobremesa. Un descubrimiento de nuestro descubridor favorito. Gracias Andrés.

- Si.
- Precioso color de castaña....
- Potencia aromática: frutos secos, naranja confitada, ebanistería.
- Pero sobre todo en boca, -se que me repito-, aquí es donde hay que esperarlos, y este es una delicia: al entrar es muy suave, y luego muy, muy, muy largo con notas de pasas.
- Las pastillas de "lindt" negro con naranja no se lo imaginaban.
- ¡ Caramba ! hay tanto por descubrir y este "profe" nuestro cántabro no deja de prodigarse.

Los vinos de Madeira seguramente no tienen tanto reconocimiento como los de Oporto o algunos de Jerez de similares características, en mi opinión, de forma totalmente injustificada. Como ejemplo este vino envejecido de malvasía que transmite lo mejor de la variedad (la dulzura natural, las notas florales) y lo mejor de este peculiar estilo de elaboración (los barnices, los tostados, las notas de frutos secos, el alcohol perfectamente integrado). Una copa de este gran vino es el mejor colofón a una buena comida.