Elegido para la mesa de nochevieja, una vez más se comportó como un auténtico monstruo. Maravilloso y admirable, cuando más envejece más crece.

Absolutamente admirable este enorme vino.

Se mantiene fresco y diáfano como si siguiera en su primera juventud.
El aroma es claro, amplio y alto, melocotón, fruta confitada, mieles, jengibre, piel de cítricos, abundante en cantidad y calidad.
La boca espléndida, acidez altísima que no abruma, cuerpo potente, expresividad brutal, deliciosos cítricos y miel y final larguísimo.
Caben pocas palabras, vino espectacular.

Te recorre un rayo acido desde el entrecejo hasta los pies atravesando la columna vertebral. Te deja un aroma de una pureza extraordinaria y la boca es cristalina y pura. Es como un reloj de precisión en el cual todo está tan bien puesto y tan en su lugar que te deja un poco abrumado. Es el colmo del equilibrio, y por si faltara algo una tensión interna fabulosa, parece que se sale de la boca atravesando la mejilla, y para colmo interminable.

Amarillo palido con algun reflejo verdoso. Limpio y brillante.
Nariz muy compleja. Una autentica sinfonia de aromas con una intensidad media. citricos, hidrocarburos, frutas tropicales, heno recien cortado y , como no, con un fondo enorme mineral que se abraza a cada aroma anterior y los separa. mas tarde , con el paso del tiempo, se funden en un abrazo magico y la orquesta explota en la nariz. Lo dicho, una autentica sinfonia.
Paso por boca con una frescura increible para su edad. Acidez rozando la perfeccion. Su paso es lento , pero firme y profundo. Capa avance en la boca denota una sensacion diferente. Al final se integra y el resultado es ................un vino increible.

La pizarra azul del pago Sonnenuhr en Wehlen promete una acusada mineralidad en este maravilla, con nariz intensa, toques de gasolina y goma de neumático en el que la fruta se muestra -en el fondo- franca y golosa. En boca tiene muy buen ataque, untuoso, con excelente acidez, un paso cítrico, muy buena acidez, notable longitud y excelente estructura. Maquina de precisión, en la que todos y cada uno de los componentes encajan magníficamente. Espectacular.

Decantado 4 h.
Amarillo pálido y brillante
El aroma no es enorme potencia, pero sí de gran complejidad y equilibrios inmensos. Hay una sutil combinación de flor. Cítricos, un poco de lichis y un fondo de fósil mineral que casi abruman por su elegancia y perfección.
La boca es una milagro de equilibrio y redondez, cuerpo medio, acidez muy correcta y muy bien equilibrada con un ligerísimo dulzor. Es cristalino y puro, tensionado en boca y pleno de excelentes vibraciones. Increíbles los Rieslings , si combinan con tiempo aire producen maravillas.

Dorado pálido limpio y brillante con ligeros reflejos verdosos. No parece para nada que tenga ya 14 años.

En nariz y tras 8 horas de aire se muestra joven, complejo, profundo y encantador. Es medianamente intenso y nos da unas ligeras notas florales, toques cítricos de limón y pomelo, fruta blanca fresca, recuerdos minerales y mínimo fondo donde se aprecian unos ligeros toques de hidrocarburos. Una delicia.

Y en boca… ¡Ay la boca! ¡Qué maravilla! De paso ligero y etéreo, casi pide permiso, pero su impresionante acidez y su inolvidable final que nos deja toques de cítricos, fruta blanca fresca y minerales quedan en el recuerdo. Es graso y concentrado, pero a la vez joven y fresco. Insultantemente joven. Dulzor final contenido e integrado. Para beber en 2030 por lo menos, pero no sé quién puede resistirse a semejante joya. Yo no.

Vaya vino señores. Los vinos de Prüm pueden ser imbebibles en su juventud, pero cuando se hacen mayores como este, son joyas de la viticultura y enología universal. Un vino de los que no se olvidan. Por si fuera poco su precio, algo menos de 50 euros, es un regalo para lo que ofrece. ¡Qué disfrute!