Vestido ambar intenso con ribete oro viejo y reflejos cobrizos.

Nariz intensa e incisiva que evoca a nueces y avellanas junto a notas de bota vieja bien combinada, apuntes amielados, mueble viejo y caramelo liquido con recuerdos especiados.

Su entrada en boca es cremosa, punzante, soberbia! Aparecen frutos secos bien definidos, orejones y piel de naranja junto a notas de vainilla, clavo, tabaco de liar, con un ligero fondo salino amargoso, aportandole amplitud y recorrido. Es elegante, armónico e inmenso.
Eterno final de boca. Un amontillado con todas las letras!

El color es ambarino oscuro, con destellos anaranjados y con abundante lágrima.

En nariz nos encontramos que es de buena intensidad y persistente con notas de barniz y farmacia,algo punzante.Después aparecen las notas de frutos secos( avellanas sobre todo) mezclandose con el caramelo liquido algún tostado y tabaco rubio.

La boca es seca de recorrido largo , con ligera amargosidad, con buena acidez. Se aprecian los frutos secos y con un postgusto larguisimo.

Con una vejez promedio de 37 años... esta joyita tiene una edad promedio de 37 años, y su solera nace de la fusión de una solera de la familia Delgado Zuleta, otra de Croft, según figura en la información de Alfred Gilbey, de Bobadilla.. y ni más ni menos que del siglo XI y una tercera, de la misma época, de Osborne. Color ámbar oscuro. Nariz intensa y con gran profundidad, en la que aparecen notas de cereal tostado, toques de especies exóticas, algo de avellanas, azúcar quemado y un fondo ligeramente punzante. En boca tiene buen ataque, con un paso intenso, amargoso, fresco, tiene muy buena acidez y notable longitud.

Vino de apertura en la cata “Joyas de Jerez”, presentación de Vinoble 2010, que vino a sustituir al amontillado “Jalifa” y cumplió todas las expectativas. Tiene una antigüedad estimada de 43 años, ocho de los cuales reposó bajo el velo de flor. Aunque han pasado siete lustros desde que las levaduras dejaron de vivir, aún se notan las notas de masa de pan y las ligeras sensaciones punzantes en nariz.

El color es ámbar claro (oro envejecido) con reflejos yodados y muestra gran limpieza y brillantez. En nariz acompañando a las levaduras, aparecen frutos secos (avellanas), maderas nobles, miel y con temperatura ganó aún más complejidad aportando notas florales (azahar).

En boca vuelven los frutos secos y las especias, y sigue mostrando que es un amontillado con toques punzantes. Gran vino equilibrado, de buena intensidad y estructura, sólo un escaloncito por debajo de los más grandes amontillados andaluces.

Un Amontillado de cine, a la altura, por ejemplo, del laureado nº9 de Navazos. Fino, seco y punzante pero con esas notas que solo el aire puede conferir. Es magía, es el orgullo de nuestra viticultura, de algo tan nuestro, tan inimitable. Es placer. Es vida. Es olvido. Poesía en la copa. Nostalgia en el recuerdo.

El mejor amontillado que he probado hasta la fecha.

Servido para maridar el shabu-shabu de piñones de El Bulli. Sencillamente delicioso. Armonía perfecta... la complejidad de la nariz del amontillado y sus notas salinas y punzantes jugaban al pilla-pilla a lo largo y ancho de la boca. Frutos secos por doquier, más piñones en tres texturas deliciosos.

Una maravilla de vino para beber tranquilamente, sentado en el sofá, frente a una chimenea, junto con un libro viejo para deleitarse con el aroma de sus páginas junto al vino. La historia te la cuenta el vino, no el libro. Ojo!.

Salud!

Ámbar oscuro con destellos anaranjados.
Tiene una nariz con menos volumen que el oloroso, pero más delicada y elegante, hay algunos recuerdos salinos, suaves sensaciones punzantes, algo de frutos secos (cáscara de almendra y avellanas entre ellos), algo de barniz, tostados y un ligero fondo de piel de mandarina.
En boca tiene muy buena entrada, amargoso, elegante, con recuerdos a especias exóticas (clavo, algo de cúrcuma), muy buena acidez, excelente estructura, bastante cuerpo y notable longitud.
Un vino elegante, con porte señorial... de los que enamora y el que más me gustó de la trilogía: palo cortado, oloroso y amontillado.

Ya está acertadamente descrito en toda su gama. Viendo ayer los mofletes de esos jugadores rusos en San Petesburgo tremendamente enrojecidos ya empiezo a dudar si se jugó un partido de fútbol o es que estuvieron tomando este excelente Amontillado. Sin duda, mejor que el vodka. Es otro vino de esos para beber despacio, paladeando cada sorbo y sin ánimo de correr. Con su largura y volumen igual da para mucho más de lo inicialmente planeado. Buf, ¡qué bueno!

Botella nº 631/1500 L-/7. Avellanas,maderas muy viejas,hojas secas,bosque húmedo en otoño,lejanas mieles, cuerda-asparto, hojas de libro muy,muy viejo, para dejar la nariz pegada a la copa. Entrada punzante, binomio dulzor (ligero y al inicio)- salinidad, ganando las notas salinas, junto a todo lo dado en nariz y matizado por las maderas. En estos/e vino se obra el milagro., al entrar se perciben cosas,si, pero a los 5 segundos se vuelve grandioso, y te devuelve toda la historia (los años que atesora), por tanto largo,muy largo. Me ha parecido inferior al oloroso de la misma casa, aún así,grandioso.Un tesoro.

Ambarino intenso con destellos yodados y gran brillantez.
En nariz es un compendio de potencia, finura y complejidad. Notas de frutos secos, como almendras o avellanas, maderas viejas y nobles como el cedro, elegantes barnices, toques especiados, algún recuerdo caramelizado y de la crianza biológica que sigue presente todavía. Espectacular, intenso y complejo.
En boca es un amontillado viejo de libro. No engaña. Seco, muy seco; salino, muy salino y punzante, muy punzante. Voluminoso y estructurado, pero cálido y sedoso a la vez. Final eterno dejando recuerdos amargosos en el paladar. Un vino de pequeños sorbos, para saborear cada uno de ellos.
Un excelente Amontillado viejo, con todas las de la ley. Con la fuerza y la complejidad que sólo los muchos años de envejecimiento pueden otorgar. Y como es habitual el precio de estos vinos es un regalo para su calidad (unos 42 euros). Sublime.