De muy buen ver

Es de color picota de intenso color rojo que según el giro del cristal pasa al marrón oscuro del tronco de un árbol.

Nada más abrirlo te avasalla con una profunda mermelada a frutas del bosque más intensa si cabe en el corcho.

Recién vertido en copa aparecen matorrales y tierra húmeda, higos y dátiles y aromas a maceración en licor.

Con oxigenación y movimiento se produce una explosión floral de violetas que pasan a primer plano dejando una frescura de pino en segundo plano.

A las dos horas las notas dulces de vainilla y canela se hacen las dueñas de la nariz pero no resultan pesadas porque la mermelada de fruta negra ha evolucionado a una rica y ácida fruta roja: cereza y frambuesa, que lo compensa.

El final aromático es un juego de trufa blanca, dátiles y pasas.

El primer contacto con la boca a los diez minutos de abrirlo es de gran frescura. Muy pocos minutos después se incrementa en volumen y notas salinas.

La boca es impactante en potencia y se expresa con muchas notas terciarias de cuero fino y tabaco. Tiene desde el principio un gran volumen, muy carnoso.

Con el tiempo se suaviza la potencia y se aterciopela. En todo momento ha mantenido una buena acidez que ha suavizado un posible deterioro causado por su edad. Es muy interesante este contraste tan equilibrado que le aporta complejidad pero no te avasalla.

Más información sobre la añada y el proceso de elaboración en https://www.verema.com/blog/puck/1068014-cueva-contador-2001-buen-ver