Y vamos con el segundo vino de la pantagruélica cena que nos metimos entre pecho y espalda invitados por mi amigo Agustín en el Grao de Castellón. Nos sacan la botella de la vinoteca a unos 9°C así que esperamos unos 20 minutos con el vino en la copa antes de proceder con su valoración.

VISUAL: Su color es amarillo pajizo con reflejos dorados y acerados, limpio, muy brillante. Presenta una lágrima fina y abundante (88).

OLFATIVA: De entrada hay fruta blanca, muy fresca, manzana verde y ciruela amarilla. Enseguida asoman fragancias florales de azahar acompañadas por herbáceos de grama recién cortada, por un puntito de membrillo amarillo y con un final cítrico intenso que nos recuerda a la ralladura de limón. Bien de complejidad y de intensidad media-alta (89).

GUSTATIVA: Su ataque es imponente, de alta acidez y seco en su paso por boca. Desprende aromas retronasales frutosos y florales para dar paso a un post-gusto muy amable, con un puntito lácteo delicioso de crema inglesa y con un final cítrico bastante marcado. Nos dio una persistencia de 1 min. y 30 seg. Un pelín por debajo de la añada 2019, pero por encima del 2018, manteniéndose a gran nivel (89).

La RCP es muy buena, cuesta en tiendas unos 12-13 euros.

MARIDAJE: Pues continuamos con exquisitos mariscos, en este caso unos langostinos plancha, cigalas plancha y unas espectaculares (y difíciles de encontrar) "espardeñas". Fantástico con los tres platos, su carácter cítrico y frutal armonizó maravillosamente con las notas salinas de las suculentas viandas. Qué manera de padecer!! ):):

Salud-os!!