Es una auténtica joya enológica sin duda. Que delicia, que vinazo, me emociona.

Hoy nos vamos a deleitar con una delicatessen traída hasta la India. Lleva dos meses quietecito, esperando su momento. Ganas teníamos de abrir este Valbuena del 2.000. Por supuesto lo guardábamos para el final, antes de las vacaciones de verano.

Abrimos la botella 45 minutos antes de la cata y lo servimos a 17 C. El tapón salió impecable, larguísimo, muy compacto y sin aromas extraños, como debe ser.

VISTA: Se viste de rojo picota de capa alta con un ribete granate algo atejado. De lágrima transparente, densa y fina a la vez. Ligeramente turbio.

NARIZ: De intensidad media-alta. A copa parada afloran ahumados, madera tostada y balsámicos. Se muestra un tanto reducido al principio, muy "otoñal". Con otoñal me refiero a que los aromas recuerdan humedad y con la fruta muy escondida, muy acompotada, licorosa. A copa movida se muestra camaleónico, surgen un sinfín de matices, todo un desfile, tierra mojada, trufa, regaliz, castañas asadas, café, tabaco, mentolados... También se perciben notas de pelo animal y cueros. Se incorpora a esta sinfonía organoléptica un toque mineral de tinta china y unos fantásticos especiados de romero y pimienta negra. Es una maravilla y un sin parar de aromas y fragancias. Una delicia para las pituitarias. Quisiera estar horas y horas oliendo esta obra de arte. Que gran nariz, que complejidad tan bien orquestada.

BOCA: En boca es intenso y amplio. Los taninos muy pulidos y la acidez notable. Todavía tiene nervio, aún se puede acabar de redondear en botella sin duda. En retronasal lo encuentro sorpresivamente floral con recuerdos de violetas y rosas marchitas acompañado de unas sutiles notas especiadas, pimentosas. La madera se ha mezclado mágicamente en el alma de este vino, aportando un equilibrio maravilloso, redondeando el conjunto. De persistencia media-alta. Es una auténtica joya enológica sin duda. Que delicia, que vinazo, me emociona.

Por si fuera poco, tiene cuerda para rato. Sitúo su clímax en torno al 2018 por lo menos. La RCP la dejo en buena, lo conseguí en una puja por 57 euros. Eso si, lo puntúo con un sobresaliente como una casa.

Y para redondear la fiesta lo acompañamos de un guisado de cordero y setas nepalíes con mango, papaya y fenogreco. Un espectáculo de sabores perfectamente armonizados. Fue toda una experiencia este maridaje. Los Valbuena siguen siendo mi debilidad, me parece un vino "mágico", me transporta a otro mundo, me emociona !!

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar