Empieza a tomar cuerpo, un vino gozoso.

Ciertas añadas tienen la capacidad de desvelar cómo trabajan las bodegas, son añadas que ponen en jaque y castiga a quienes saturan en exceso al viñedo, para obtener rendimiento a "cualquier precio", sin embargo estas añadas también tienen la capacidad de señalar con el dedo a las bodegas que ponen todo a disposición de la viña, porque saben que es la que debe mandar, y así cuando la climatología los castiga, estas viñas ofrecen lo mejor de sí, y aunque sea con merma son capaces de dar frutos increibles. Este 2013 del crianza de Pago de Carraovejas es así, un vino que brilla en una difícil e irregular añada, un tinto que está evolucionando tremendamente bien en botella, se está redondeando para ofrecer un cúmulo placentero de alto voltaje, gran trabajo.