Color rojo picota, reflejos violáceos, capa media, limpio, brillante, lágrima fina y poco tintada.
En nariz hay buena intensidad de aromas de fruta negra muy madura, especias (anisados, pimienta), maderas nobles, sencillo pero bien presentes.
En boca es de trago largo, frutal, intensidad media, notables maderas integradas, agradables especias, tostados. Buena persistencia.
Un buen Rioja pero que esta botella da sensación de algo envejecido.
El vino Gómez Cruzado Reserva 2009 tiene un color rojo picota que mantiene juveniles reflejos violáceos.
Aromáticamente se abre con fruta negra muy madura; le siguen pinceladas de ahumados, un punto de pimiento verde nada molesto, caramelo duro de violeta y chispas de anís. Se trata de una nariz de buena intensidad y nítida.
En boca se expresa con mucha finura, el sabor es intensamente frutal y por detrás se paladean notas tostadas y especiadas de buena madera bien integrada. Tiene largura y persistencia.
Estamos ante un vino de muy buenas hechuras, que ya está perfectamente disfrutable pero que puede seguir dando disfrute unos cuantos años más.
Visual:
Picota con ribete violáceo. Media capa y bastante lágrima.
Olfativa:
Nariz de buena intensidad. La madera está bastante presente pero no incomoda ya que hay buena conexión con la fruta. Hay fruta negra madura, balsámico, flores moradas, ahumados, vegetal (pimiento), hay pimientas, vainilla, barniz, cedro y una siempre agradable humedad. La fruta negra deja de serlo para convertirse en rosa aún madura. Vino con mucha profundidad donde hay peso de la fruta y muy buena madera.
Gustativa:
Ahí es donde ya das fe que la madera y la fruta están integradas entre sí. Muy buenos tostados, fruta negra muy fresca, buena acidez, tanino muy presente y final amargoso. Tiene personalidad y mucha persistencia en boca.
Le gusta el tiempo para ir desgranando una fruta negra profunda, llena de contenido y de madurez, hay un aspecto ahumado que lo envuelve junto a otro de aspecto terroso, la crianza en madera es potente, con carácter y personalidad, equilibrada gracias a la potencia también de la fruta. Hay definición tramada entre especias finas como la vainilla, las pimientas y el cedro.
En boca es contundente tiene nervio y esa potencia frutal que lo llena todo a raudales. Tiene ese aspecto clásico del Rioja pero ese sentido frutal lo refresca, le dota de juventud y resta el protagonismo a lo que cede la crianza en barrica, hay un ligero toque moderno donde mordemos las frutas negras y rojas bien especiadas. El tanino marca con potencia, señala y rasga pero se funde entre la jugosidad. Se muestra rotundo y muy vivo. Es una bodega que me gusta más de abajo hacia arriba.
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