De color rubí muy claro, de cuerpo medio, extraordinariamente limpio y refulgente. Reflejos cobrizos y ambarinos. Borde amplísimo, sin diferencias con el menisco. Fuerte sensación de madurez.

Pureza y elegancia exagerada, brillantez sin par. Una nariz que quita el hipo por su absoluta complejidad y profunidad. Impresiona? No, acojona!! Es como asomarse a un abismo y enfrentarse a las alturas. No nos cabe duda de que estamos ante una botella única del Excelso Gran Reserva 1955 reencorchada y vuelta a lacrar años después en la bodega para ser comercializada como algo precioso. Y lo es!! Hay un torrente de notas de lilas y fruta fresquísima, especiada, con un apunte ahumado que giran alrededor de un núcleo cremoso, casi avainillado sin serlo. Tiene esa expresión prístina tan añorada de Franco-Españolas a vino bien resuelto, armónico, sin aristas, sosegado pero lleno de vida.

En boca la primera impresión es que chispea de nervio, vibrante, lleno de fruta acídula y una acidez galopante que matiza un punto de dulcedumbre. Conjunto más largo que amplio, apenas estridente por su elegancia extrema, con taninos cincelados. Tiene muchísimas cosas en común con los Excelso de 1950 y 59. Comparte esa rotundidad de Rioja clásico impecable capaz de superar década tras década sin arrugas. Cuesta creer que en unos meses cumpla 60 años. Éste nos enterrará a todos.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/09/franco-espanolas-1955-gran-reserva.html