Un vino que destaca ya en su botella por su forma y por su peso, que me sigue pareciendo un vino más interesante la versión nº 12 que la nº 18.
Mantiene un bonito color y limpieza en la fase visual.
En nariz tiene buena intensidad y complejidad.
En boca es su punto más fuerte con buen equilibrio, destacando por su fruta pero sin olvidar sus notas de crianza con unos taninos ahora ya más evolucionados y amables.

Color rojo picota, menisco granate, limpio, brillante, lágrima densa.
En nariz tiene buena intensidad de aromas de fruta roja y negra madura, algo licorosa, buenas especias (vainilla, pimienta negra), chocolate, notas tostadas.
En boca tiene cuerpo, es frutal (ciruelas y moras en compota), buena acidez, taninos con alguna arista, fresco pero intenso, algo goloso; buena complejidad y equilibrio; buena persistencia.

Un vino y una bodega que sigue en buena línea.

Porque esparaba subirme a un puerto de montaña de sensaciones, pero me ha parecido más un paseo por el parque.

Color picota, ribete granatoso y lágrima densa, que tiñe la copa. Visualmente muy atractivo.

En nariz aparecen primero las especias, incluso aromas de coco primero y luego especiados, pimienta, flores azules. Surge por fin la fruta, una fruta negra compotada, mina de lápiz, balsámicos, regaliz... Los tostados es lo que más se marca en esta fase.

En boca siguen predominando los tostados, con una fruta negra fresca, chocolate, pero aunque conviven bien, parece que le falta algo, que le falta armonía.

No sé, me ha dejado un poco frío. Es un vino bien hecho, de eso no hay duda, pero que para mí está carente de alma, de algo que me haga decir ¡vaya! Igual soy yo...

Color rojo cereza de ribete rosáceo y capa baja . Nariz media con aromas a regaliz, vainillas, frutos negros y torrefactos. Boca frutal con buen paso, algo astringente y media persistencia.

En nariz es todo un repertorio de tostados de la madera, esta completamente secuestrado por la madera. Si quieres es fina, pero las notas cremosas, de café, turba, especias, es todo tan medido, tan poco sorprendente, lo encuentro un tanto estereotipado, pierde su originalidad y se convierte en algo muy para el publico general. No lo critico, simplemente lo digo.

En boca es una sabia mezcla de notas de crianza, tanino seco y jugosidad, fruta muy madura, toffee, natas, mantequillas, café y una frescura, que si en su día me sorprendía, ahora me descoloca.

Aromas complejos y especiados, pimienta negra, madera balsámica y frutas negras en compota, aunque me despista porque surge un aroma un tanto floral. Elegante, gratos y finos toques tostados, notas mentoladas y cítricas, cascar de naranja, sin pasificación, chispeante. Al tiempo se apodera la sensación de un tostado un tanto marcado, pero en equilibrio, surge un toque a grafito, a turba.

En boca es fresco, surgen las notas del tostado de la barrica y el tanino se hace notar, marca, aunque con cierta bondad. Es jugoso, grato, fresco, sorprende la frescura, la vida, el toque tan frutal, como con un paso relativamente corto. Parece un vino de otra latitud.