Sin grandes alardes resulta un vino expresivo, fino , con cierta elegancia en sus tostados y en un buen momento de consumo y de expresión frutal. En boca está redondo, equilibrado y frutalmente afinado. Es ligero, fresco y con un postgusto tostado interesante. Gracias amigo¡¡¡

Botella bordelesa bastante alargada, cierre de corcho no muy largo pero apenas bañado en vino y de color rojo picota claro en el interior.

2 horas oxigenado.

Visual: rojo picota claro de capa media, ribete cereza-transparente con destellos sutilmente granatosos, limpio, brillante y con buena lágrima que casi tinta la copa.

Nariz: fruta negra muy madura, especias, regaliz, maderas finas, tostados, hinojo, hierbas de monte, toffee, bombones de licor, cacaos, chocolate y sutiles torrefactos. Muy ligeros cueros de poco peso. Pesa mucho más la fruta madura, las maderas, especias, tostados, herbáceos y cacaos que cualquier aroma animal o a peletería. Bastante complejo.

Boca: entrada fresca, suave y golosa pero a la vez con un buen nivel de contundencia. Vino con cuerpo, estructura y un notable volumen que se expande en boca. Equilibrado y sabroso. Acidez media-alta. Tanino bien trabajado aunque aún bastante perceptible (se pega y es ligeramente astringente en encías), pero es dulce y amable. Final bastante largo dulce con un toque ligeramente amargoso, con recuerdos en retrogusto y retronasal a bombones de licor, especias y cacaos que invita a seguir bebiendo.

Un buen y moderno Reserva (con 24 meses de barrica francesa) de la DO Cigales que merece la pena probar, conocer y ver su evolución en botella. En concreto, a este vino le veo fácilmente una vida de, como poco, 6-8 años más de evolución en botella.

Muy bueno y de excelente RCP (su precio ronda los 12 euros). De mis vinos Reserva de referencia en Castilla y León desde hace un par de años, además a un precio imbatible.

No falla, añada tras añada, es un vino infalible en su comportamiento en mesa. Nos ofrece fruta y bonita acidez, la madera aparece por su estructura en boca y le ayudará a crecer, pero deja todo el protagonismo a los aromas primarios en nariz, amén de ser un Reserva.

Sigue con su imagen impecable pese al abaratemiento de la botella. Ya no hay grabado ni etiqueta metálica, sí un símil bastante conseguido. Y el nombre ya no es compuesto, se cae la palabra Real.

Elegante y practicamente hecho, lo cual no quiere decir que no gane, y sobre todo, dure.

Intenso cereza de orilla granate viva y densa lágrima.

Nariz de mediana intensidad en favor de un equilibrio y elegancia, tostados finos, suave licor de cereza, caramelo de fresa, humo blanco... se intensifica con las especias y balsámicos de fondo, clavo, tomillo, eucalipto... complejo.

Estructurada boca, muy buena acidez, cierta cremosidad, caramelizada fruta que lo enriquece, taninos secantes de la madera, especias dulces en postgusto, final medio-largo, elegante retronasal.

Con un buen entrecotte de vaca junto a unas habitas baby y setas de bosque al ajillo.