Grupo de Catas Valencia: crónica de la cata "Galicia de cabo a rabo"

El día 26 de noviembre nos reunimos en el Restaurante Deli_rant el Grupo de Catas de Valencia con el placentero objeto de cenar y catar algunos de los curiosos, y en algunos casos, desconocidos vinos gallegos. De hecho, este fue el objetivo de la cata, probar vinos que no llegan por los canales habituales de distribución y que por tanto muy poca gente conoce.

La cata fue a ciegas a fin de hacerla más amena, objetivo que creo que se cumplió, y probamos vinos blancos y tintos de las cinco D.O. gallegas, así como un curioso vino de Betanzos.

Empezando por éste, fue un Lorenzo Bescansa 2011, de color muy pálido; un blanco muy fresco y con buena acidez; llevaba un 85% de Blanco Legítimo (nadie sabía nada de ésta uva) y un 15% de Agudelo, nombre que se da en estas tierras a la Chenin Blanc.

Seguimos con un Ratiño 2010, vino de las Rías Baixas, y con 100% de esta variedad de uva que da nombre al vino. En contraste con el anterior, el color era amarillo dorado. Un vino untuoso y afrutado. Postgusto largo. En la cata gustó más que el anterior.

Luego pasamos a dos tintos; empezamos por el Zárate Caiño 2009, de las Rías Baixas y 100% caiño. Fue quizás el más original y también el que menos gustó. En nariz era muy vegetal, daba a pimiento y era tanto el aroma a pimiento que no daba otra cosa; con el paso del tiempo no mejoró. En boca seguía el pimiento y algo de pimienta.

Continuamos con el Goliardo Loureiro 2009, también de las Rías Baixas, y 100% loureiro. Esté sí que gusto, y más si lo comparamos con el anterior. Un vino muy salino y una madera muy integrada. En boca era muy sedoso.

El resto de vinos acompañaron con la cena, muy bien servida por el personal del restaurante, que hicieron todo lo posible para que estuviésemos como en casa. Un sitio verdaderamente recomendable, que además está por el centro de la ciudad.

-En la cena nos pusieron:

¡ostras!: 3 ostras tamaño pequeño acompañadas de diferentes salsas para tomar o bien naturales, lima, vinagreta de manzana, o asiática. Se maridó con un Viña de Martín os Pasás 2011 de Luis Anxo. Un vino fresco, con muy buena acidez aunque tal vez aún demasiado joven para su consumo, probablemente mejorará con el paso de los años. El segundo vino con que se maridaron las ostras fué un Salvaxe 2010. Vino más evolucionado que el anterior, aunque en nariz se mostró algo plano, en boca se mostró más potente y frutal, con una buena acidez y mejor final.

Falsos niguiri de idiazábal ahumado y chipirón: Es un risotto de idiazábal con un chipirón a la plancha coronándolo. Muy bueno, suave el idiazábal con el arroz, y el chipirón tierno. Se maridó con un Algueira Escalada 2011. Otro gran blanco de Ribeira Sacra, donde destaca una gran intensidad en nariz, con notas frutales. En boca es goloso, con muy buen paso por garganta.

Salteado de setas con huevo pochado y aceite de trufas: En conjunto muy buen plato, con buena combinación de sabores. Se maridó con un Gorvía 2008. 100% Doña Branca. Espectacular vino ya conocido por varios asistentes, aunque en diferente añada.

Tacos de lomo de atún: tacos de atún servidos en su perfecto punto, con una reducción de ponzu. Al llevar el ponzu, nos decidimos a maridarlo con dos tintos, un Alanda 2008 de la D.O Monterrei y un 30 Copelos de la D.O Ribeiro. Ambos vinos estuvieron a un alto nivel.
S3 (tres solomillos): Tres solomillos, ibérico, buey y canguro, con tres salsas y tres sales. Para maridar el plato nos decantamos por un Dominio do Bibei Mouratón 2008, vino de elevada acidez, pero con un paso por boca ligero y agradable y un Avanthia 2006, vino con muy buena intensidad, con mucha fruta roja en nariz, pero con la presencia de algunos taninos marcados. Le queda vida en botella para rato.

De los postres sólo recuerdo que sirvieron un arroz dulce y una especie de torta, pero no puedo dar detalle de los mismos. Los tomamos con un vino dulce del Loira, de la bodega Les Coqueries, que trajo Dani Monsonis, muy bueno y con una excelente relación calidad-precio.

Nos lo pasamos muy bien, comimos, bebimos y nos reímos; muy pocos fueron capaces de acertar alguno de los vinos catados, sobre todo por la rareza de la mayoría de ellos.

Al terminar, ya estábamos pensando en la próxima, que por las fechas que son será de champagne.

Hasta la próxima.

Roskilde y Carlos70