¿Qué pasa con el Amontillado en España?

40 respuestas
    #1
    PedroBarrera

    ¿Qué pasa con el Amontillado en España?

    Permitidme que os haga referencia al informe anual que el CRDO Jerez y Manzanilla publica en su Web:
    http://www.sherry.org/datos/memoria.pdf
    sobre la comercialización de sus vinos en España y el extranjero.

    Cada año lo repaso y no consigo salir de mi asombro. El caso concreto de los Amontillados es increíble: En España sólamente supone un 0,77% (981,32 Hectólitros) sobre el total de vinos de la DO comercializados aquí. En el extranjero, en cambio, pasamos a un 6,80% sobre el total, llevándose la palma Suecia con un 37,66% (2.133,23 Hectólitros).

    Para muestra sirva un botón; en Sevilla, no hace mucho, en un céntrico y conocido bar pregunté: ";¿qué amontillados tienen?, y el tío me respondió ";aquí vino raro no tenemo";. Sevilla está tan solo a 90 Km de Jerez y a 100 Km de Sanlúcar y resulta dificilísimo encontrar un bar ( y mira que hay bares en Sevilla) que tenga amontillados.

    Habrá que irse a Estocolmo a tomarse una copita.

    Saludos.
    Pedro.

    #2
    Álvaro Girón
    en respuesta a PedroBarrera

    Re: ¿Qué pasa con el Amontillado en España?

    Ver mensaje de PedroBarrera

    Sería cohonudísimo que se consumieran cantidades inmensas de amontillado fetén en el extranjero. Pero me da la sensación que lo que beben por ahí es amontillado ";semidulce";, un subproducto de baja calidad cabeceado con vino de color o arrope. Osea que por ese lado tampoco hay salvación.

    Lo de España es tan sencillo como que es un producto que requiere cierta disposición a asumir cierto grado de dificultad. Hay mucha gente que le gustan las rumbitas, pero muy poca que se sobrecoja con una soleá o una siguiriya por derecho. Tampoco es que se vea la gente leyendo apasionadamente La Critíca de la Razón Práctica por la calle (lectura, por cierto, muy recomendable). Yo creo que debiera subir el consumo significativamente, pero al final, será cosa de los ";cabales";.

    #3
    PedroBarrera
    en respuesta a Álvaro Girón

    Pues no tenemos perdón.

    Ver mensaje de Álvaro Girón

    Aquí lo tenemos fácil de conseguir (en bodegas y tiendas) y barato.
    No nos hemos dado cuenta, en absoluto, de la categoría de estos vinos. De su Originalidad, de su Atractivo y de su Exclusividad. Que afuera no los conozcan o se conformen con ese seudo-amontillado que tú mencionas, Alvaro, entra dentro de lo ";razonable";; pero que eso ocurra aquí en España me parece increíble.

    Yo lo tengo muy claro, hasta que no haya probado el 100% de los Amontillados españoles no empezaré a probar el Champagne francés, cuestión de prioridades.

    #4
    suiko
    en respuesta a PedroBarrera

    Re: Pues no tenemos perdón.

    Ver mensaje de PedroBarrera

    Yo creo que tal vez aquí fuera se conoce mejor estos vinos, y no sólo los amontillados azucarados. Eso de los supermercados es otro mercado, nada que ver. Mi tienda local, al menos, vende Los Arcos de Lustau.

    #5
    MarioEstevez
    en respuesta a PedroBarrera

    Pedro, tú lo has dicho...

    Ver mensaje de PedroBarrera

    ";No nos damos cuenta de lo que tenemos";, y es que los amontillados en particular, y los generosos, secos o dulces, en plural son grandes desconocidos para la mayoría de la gente.
    Casi todo el mundo sabe qué es un vino blanco, tinto o rosado, pero qué clase de vino es un fino, manzanilla, amontillado, oloroso, palo cortado,... es otra cosa.
    Si a eso unimos el que son considerados vinos complicados para comer, en gran medida por su grado -craso error-, el oscurantismo en cuanto a sacas, añadas,..., y que quitaron de las carreteras el toro de Osborne :-)
    Un ejemplo: En Salamanca la manzanilla en saca de Barbadillo sólo la tenemos dos restaurantes, la pasada de Pastrana, sólo uno.

    #6
    Oscar_Diaz
    en respuesta a Álvaro Girón

    Re: ¿Qué pasa con el Amontillado en España?

    Ver mensaje de Álvaro Girón

    Un primer problema con los amontillados (y en general con palos cortados, olorosos, finos y manzanillas) es lo que comenta Álvaro, por mucho que nos gusten hemos de admitir que no son vinos fáciles.

    Es complicado que por si solos logren llegar a un gran público (por favor no incluyais ni “aguitas” ni rebujitos ;-) ). Tampoco ayuda mucho la falta de información de la fecha de embotellado. La primera experiencia de muchas personas con finos o manzanillas mal conservados puede ser para no repetir nunca más.

    EMHO haría falta un gran esfuerzo (y mucha imaginación), por parte del Consejo Regulador y las bodegas, para dar a conocer al consumidor final esos vinos y explicar todas las posibilidades que nos dan en toda su amplia gama (¿por que no incluir a los amorosos, mediums, etc.. si eso hace que alguien se interese por el mundo de los generosos?). Pero esto significaría ir todos a una, cosa que por el Marco parece que es harto complicada.

    Con lo de solucionar la fecha de embotellado me rindo, nunca lo harán, demasiados intereses.

    Mientras tanto lo único que podemos hacer es intentar individualmente dar a conocer estos vinos cuando se tiene la ocasión e intentar no convertirnos en “talibanes” (en el terrible sentido actual de la palabra), ni tratando a los demás como si no tuviesen ni ç$%$% idea por no gustarles un VORS de 50 años.

    PD: lo del bar de Sevilla tiene delito....

    #7
    Juan Such
    en respuesta a PedroBarrera

    Ojo con las temperaturas de servicio

    Ver mensaje de PedroBarrera

    Por añadir algo a todo lo ya dicho diría que una forma de hacer más atractivos y amables (sólos o con comida) los amontillados, olorosos y palos cortados es servirlos a una temperatura de 14-16 grados (o menos si hace mucho calor donde se consumen).

    Un error habitual de muchos establecimientos es ponertelos a temperatura ambiente, lo cual en la mayor parte de España ya sabemos lo que significa: vinos alcohólicos, desequilibrados y nada placenteros. Mucha gente se asusta del grado alcohólico que tienen y sus sospechas quedan confirmadas cuando los prueban a 18-25 grados. Aquí también tiene que haber educación de los establecimientos y los clientes.

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