Hace poco comentábamos que el vino se hace en un 90% en la viña; si señor, cada

Hace poco comentábamos que el vino se hace en un 90% en la viña; si señor, cada vez menos gente se opone a esta cuestión, excepto los que creen que predomina la química como ciencia dentro de las bodegas, que están bastante equivocados.
Pero el trabajo en bodega, el proceso de vinificación tiene muchísima importancia. Si se hace mal, se puede echar a perder todo el trabajo y si se hace bien, se puede conseguir un vino tan bueno, como la calidad de la uva que entró por la puerta, pero no mejor. La tipicidad del mosto ya va implícita en la uva por medio de la cepa, que hunde sus raíces muy profundas en el terruño y el clima que soporta esta. Así a veces hablamos de vinos de alta expresión, porque con ellos nos bebemos el contenido mineral y la calidez del sol.
Pero como indicó Eusanz, hay diferentes técnicas y los aromas pueden llegar con distinta intensidad y sutileza. Como la pinot noir, que solo soporta el batonnage, no se podría hacer a nuestro estilo, con remontas. Si habéis probado pinots de origen español, veréis que no se parecen en nada.
Yo creo que el primer maestro que enseñó a hacer vino, después vio como cada uno lo hacía a su manera y se marchó, dándolo por imposible. Aunque la base de vinificación es igual para tintos, blancos o rosados, en esencia.
Un libro de enología que corre por aquí, dice en primera instancia: "el vino se hace solo". Pero lo que no dice es que jamás obtendremos una uniformidad en calidades y aromas, esto sería imposible.