En las de abrir una botella sin sacacorchos también tengo mis "jaimitadas":

En las de abrir una botella sin sacacorchos también tengo mis "jaimitadas": desde la de empujar el tapón dentro con cualquier utensilio y que al introducirlo con fuerza la propia presión me salpique todo el vino encima de la camisa, la de olvidar el sacacorchos y tener que abrir la botella golpeando su base -protegida con un buen paño o toalla- contra la pared o la de la "chulería" de abrir un champagne -ya que no tengo sable- con un gran cuchillo (aunque estas últimas te hacen "triunfar" entre los asistentes).
Saludos