La Despeña

Ciudades con Zoco

CIUDADES CON ZOCO, MARRAKECH

 

En nuestras últimas escapadas hemos visitado varias ciudades con un denominador común, tienen zoco.

Ciudades receptoras de mareas humanas en forma de turistas, por sus monumentos, por sus vistas y por sus zocos.

Seguramente nos volvamos sin ver el palacio de no se quien, o los jardines no se cual, pero el zoco, amigos, el zoco es visita obligada.

Son ciudades que crean un perfil tipo de comerciante y que, dándonos mil vueltas en el control de la situación, siempre intentará sacarnos un margen en sus ventas, iluso aquel que crea que hace la compra del siglo o que mantiene un pulso con el del kiosco, por muchas recomendaciones que haya leído en otras tantas guías.

    



Pero es el precio que hay que pagar por visitar estas maravillosas ciudades, el sobre precio del taxista, el engaño del guía callejero no llevándonos al mejor restaurante si no al que le va a dar una comisión, el aburrimiento insoportable del regateo continuo, pero al final merecerá la pena.

 Túnez, Estambul, Marrakech, maravillosas ciudades, cada una en su estilo, muy diferentes, muy iguales, todas con zoco.

Antes de iniciar el viaje buscamos destino, en esta ocasión nos decidimos por Marrakech, y aprovechamos el puente del Corpus.

Marrakech es una ciudad que con cuatro días hay tiempo suficiente para ver cosas, disfrutar y descansar, no buscamos el viaje paliza con excursiones al desierto ni visitas al Atlas. Solo ciudad.

Los vuelos, reservados con tiempo, no tienen por que ser un hándicap en el presupuesto, Iberia o Royal Air Maroc proponen continuamente ofertas interesantísimas, vuelos directos o vía Casablanca, vuelos de nos más de tres horas, nada cansados.

Sin pasar por las Low Cost, siempre más baratas pero con ese punto masificado que no justifica el ahorro, en muchas ocasiones.

La horquilla de ofertas hosteleras es inmensa, desde lo mas asequible hasta lo mas exclusivo.

Para la reserva del hotel visitamos http://www.hoteles-marruecos.com/ con fabulosos establecimientos en su oferta, y en los que no es difícil encontrar algo que se adapte a nuestros gustos-bolsillos. Ante la duda, mejor llamar al teléfono de atención al cliente y preguntar por Hicham, siempre atento nos propondrá la mejor opción al mejor precio.

En nuestro caso reservamos en dos hoteles, uno dentro de la Medina, Riad La Sultana y como segundo hospedaje nos decidimos por el mítico  La Mamounia.

La Sultana es un oasis de tranquilidad y descanso con una atención al cliente esmeradísima, profesional y atenta ante cualquier petición del cliente. El segundo… el segundo es La Mamounia, increíbles las instalaciones, espectaculares los jardines que lo rodean, un lujo.

En cualquiera de los dos casos las instalaciones están lo suficientemente equipadas como para acoger al viajero después de un agotador día de caminata y calor. Piscinas, Hamman, SPA, terrazas donde tomar un reparador refrigerio, nada está dejado al azar, todo está pensado para dar al huésped una atención de alto nivel.



Siempre he pensado que por mucho que digamos “al hotel solo voy a ir a dormir” una elección desafortunada del hospedaje puede echarnos a perder el más deseado de los viajes. No me arriesgo y elijo dos de los establecimientos que mayor confianza me dan, aunque el precio pueda estar en un rango alto o muy alto.

Marrakech nos recibe con un agobiante calor de junio, no quiero pensar lo que puede ser esta ciudad en julio o en agosto.

Las visitas obligadas las encontrareis en mil guías, lo que seguramente ninguna os dirá que no debéis esperar los majestuosos palacios de Estambul, ni las vistas que nos ofrecen las ruinas de Cartago en Túnez.

 Marrakech tiene la universalmente famosa Plaza Jamaa El Fna, donde por la mañana encontraremos cantidad de puestos ofreciéndonos zumos de naranja, pomelo, limón, alguien te dirá el numero del puesto donde se sirven los mejores, todos son iguales, lo que hay que tener claro es que un vaso de zumo de naranja son tres dirham, y que si das un billete de diez, hay que estar pidiéndoles el cambio, o se lo quedan.

A cualquier hora hay que ir sorteando a los de las serpientes, a los de los monos, que continuamente van a intentar ponerte algo encima, y claro, quieren cobrar por ello, y si no eres rígido en tu postura, con un NO!! rotundo pero amable, ya tienes el lío.

Por la noche, puestos y puestos de comida, aromas, olores, humo, un entorno abigarrado que puede llegar a agobiar al viajero menos acostumbrado a estas aglomeraciones, pero con un encanto especial, hay que ir, y si tienes hambre, sentarse a comer. Puede que sea lo más cerca que estéis de la gastronomía autentica del país.

Otra visita interesante pueden ser las Tumbas  Saadies, nada espectaculares, pero con una carga histórica interesante. Desde la terraza de La Sultana se pueden contemplar perfectamente.

El Palacio del Bahia, la Madrassa Ben Youseef, el Palcio El Badi, son otras de las visitas obligadas, siempre hablamos de visitas sin salir de la ciudad.

En el caso de querer visitar el Museo Marrakech, la Madrassa Ben Youseef y la Quobba Almoravide, os recomendamos que compréis la entrada conjunta y que en todos los casos lo hagáis en la ventanilla dispuesta a tal efecto, NO PAGUEIS A NADIE FUERA DE ESTA VENTANILLA, os estará timando.

La gastronomía marroquí que nos vamos a encontrar en Marrakech es prácticamente nula, si no salimos del entorno turístico, y esto es casi imposible. Incluso la de la Plaza Jamaa El Fna empieza a adaptarse al escrúpulo del turista occidental.

Las cartas de los restaurantes-hoteles están plenamente adaptadas al gusto y costumbres europeas, y eso la hace menos autentica. Cualquiera de los hoteles recomendados anteriormente nos van a presentar unas muy buenas opciones para la comida o cena, tanto por calidad como por entorno, pero no deja de ser algo suavizado a nuestros gustos, y sobre todo en lo que a la presentación y ejecución se refiere.

De lo que si hay que huir es de los restaurante “típicos” como es el caso del restaurante Dar Moha, famoso en otros tiempos por su esplendido cous-cous de langosta se ha convertido en un restaurante mediocre para turistas, eso si, en un Riad precioso.

Si queremos algo más autentico vamos a tener que callejear por el zoco o por la kasbah. No será difícil toparnos con un puesto de comidas donde los locales paran para su condumio, dejad los escrúpulos fuera, cabeza asada en un horno hendido en el suelo, o unos fritos en aceite…digamos oscuro, todo servido encima de un papel de estraza y con un vaso de te que mejor no mirar donde lo han enjuagado (lavado?? olvidaros).

Y solo después de unos minutos de desconcierto iniciales estaremos ante una cabeza de cordero deliciosa, oveja vieja por la cantidad de grasa, pero muy sabrosa. Sigo buscando los sesos, o se perdieron por el camino o no los ponen, no lo se.

En resumen, Marrakech es una ciudad que hay que visitar sin lugar a dudas, la primera vez puede que no volvais con la impresion de que es una ciudad para repetir, pero os aconsejo que repitais, sus calles, el ambiente, cuando vuelves y te alejas de lo comercial para pasearla y gozarla, enamora.

  1. #1

    JACS

    No hace falta ir tan lejos...En casi todas las localidades del País Vasco hay zoco....: PACHARÁN ZOCO, para ser más exactos....(sic)

  2. #3

    Vvidlan

    en respuesta a JACS
    Ver mensaje de JACS

    Me temo que la crisis no sólo está afectando a la economía...

  3. #4

    ramico

    en respuesta a JACS
    Ver mensaje de JACS

    Si es que teníamos que haber puesto sūq, también propusimos Zocodover, pero este es más de animales, asi que pusimos zoco (mercadillo).

    Por supuesto hemos desestimado el post sobre perros de presa…..(BD)

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