Blog de Eugenio Saenz

Un marqués en el Piamonte

No son muy habituales las figuras aristocráticas en el Piamonte vinícola. Se trata de una zona de pequeñas propiedades, donde los protagonistas son los viticultores que tratan de imprimir su sello y el de su tierra a los vinos que elaboran. Las grandes propiedades, las haciendas, los palacios y esas figuras de la aristocracia son más habituales en otras zonas como la Toscana. Pero un marqués destaca en el repartido y minifundista paisaje piamontés y ese es Marchesi di Gresy.

Se trata de una propiedad familiar con varios siglos de existencia, aunque la elaboración de vinos no comienza hasta 1973 cuando su actual cabeza visible, Alberto di Gresy, decide dejar de vender uva para comenzar su carrera como elaborador. Hombre de gran formación y sólida cultura, se marca como objetivo intentar plasmar el carácter del extraordinario terruño que la familia posee desde tiempos inmemoriales.

De las propiedades que el productor maneja, la más importante cualitativamente es Martinenga. Propiedad de la familia desde 1797 produce principalmente uva Nebbiolo adscrita a la DOCG Barbaresco. Tiene un total de 11 has y está considerada como uno de los mejores viñedos de la denominación. La exposición sur del terreno y los suelos ricos en margas azules dan vinos de mucha raza y finura, en los que la elegancia es siempre su principal característica. El viñedo posee además varios microclimas y pequeñas parcelas con su propia idiosincrasia que el elaborador vinifica y embotella a parte.

Dos de esas parcelas son Gaiun y Camp Gros y constituyen junto con el Barbaresco genérico llamado igual que la propiedad, los tres que elabora el marqués.

Gaiun es un viñedo de 2,30 has, de exposición sur y a 270 metros de altura. La fermentación del vino dura entre 13 y 20 días con remontados diarios. Después de la maloláctica, realizada en barrica, el vino pasa a crianza que tiene lugar en barricas de roble francés durante 20 meses aproximadamente. Una vez embotellado, pasa 15 meses más en la bodega antes de salir al mercado.

Camp Gros es un viñedo de 2,58 has, de exposición sureste y a unos 280 metros de altura. La vinificación es similar a la del Gaiun, salvo la crianza, que tiene lugar unos 6 meses en barricas de roble francés, seguida de otros 14 en “botti di rovere” de Eslavonia. Tras el embotellado pasa 15 meses en bodega antes de ser lanzado.

Evidentemente, la razón por la que hoy hablamos de este productor es porque hace unos días probamos los vinos de tres añadas distintas de estos dos viñedos, en una interesante cata que tuvo lugar en la Enoteca Barolo. Es momento, pues, de repasarlos y de comentarlos.

Barbaresco “Gaiun” 2004

Añada extraordinaria en la zona, completa y homogénea, con vinos de gran estructura y capacidad de envejecimiento además de gran transparencia de terruño. El vino se muestra fino, pletórico y elegante, con todo su potencial por eclosionar. Equilibrado, de gran estructura, con una portentosa acidez, largo y de tanino poderoso pero noble, es un vino de largo recorrido y mucha clase, que muestra perfectamente las características de su viñedo de origen. Un gran vino.

Barbaresco “Gaiun” 2003

La añada de la gran canícula en toda Europa no fue menos en Piamonte. En zonas más bien frías como esta, los vinos sufren especialmente en añadas tan cálidas. La calidad del viñedo y de la vinificación es por tanto clave cuando llegan las dificultades.

Obviamente sufre un tanto en su comparación con el 2004, nos muestra una fruta más licorosa, más toques tostados y una acidez menos definida, pero nos sorprende por su buen equilibrio y sus excelentes maneras, coronadas por un final tánico y persistente, de gran elegancia. Prueba más que superada. En 2004 todo el mundo pudo elaborar muy buenos vinos, pero en 2003 fue todo mucho más complicado.

Barbaresco “Gaiun” 2000

Añada más bien cálida, encumbrada por los grandes gurús americanos que la señalaron como grande en la zona. Sin embargo y tras el paso del tiempo nos hemos dado cuenta de que el león no era tan fiero como lo pintaban. Cada vez nos gustan menos estas añadas cálidas y mediáticas.

En vino se mostraba tremendamente evolucionado, con toques incluso terciarios en nariz. Afortunadamente mantenía su acidez en boca amén de su fuerza tánica, aunque ya estaba pulido y listo para su consumo. No es normal que un Barbaresco de este nivel esté tan evolucionado con sólo 9 años, algo que el amigo Juancho Asenjo nos corroboró unos días después. ¿Problema de botella? Ahí lo dejamos...

Barbaresco “Camp Gros” 2004

El vino de la cata. El tiempo de crianza en toneles grandes le confiere un carácter más clásico que Gaiun, más agreste en su juventud, pero con mayor estructura para envejecer décadas. La excelente añada 2004 ha ayudado lo suyo y obtenemos un vino tremendamente elegante y poderoso, fino, delineado y sabroso, con un tanino feroz pero fantásticamente integrado.

Un Barbaresco de gran nivel, uno de los mejores vinos de la DOCG en esta añada. Para guardar un tiempo, es un vino que recompensará a quien sepa darle su merecido descanso.

Barbaresco “Camp Gros” 2003

Un vino sorprendente, uno de los mejores que hemos probado de esta añada en Piamonte. Muy bien logrado, solamente un tanto más frutal y maduro que el 2004 y manteniendo una acidez y una nobleza tánica que sin duda nos llamaron positivamente la atención.

Probablemente no sea tan longevo como el anterior, pero es un vino que mejorará con el tiempo y que sin duda nos demuestra el nivel que tiene este productor y la categoría de este viñedo.

Barbaresco “Camp Gros” 2000

Este vino nos tranquilizó un tanto con respecto a las sensaciones que nos ofreció su hermano el Gaiun. Evidentemente va entrando en una fase de madurez, va perdiendo los toques primarios, va mostrando una gama más térrea y especiada, amén de unas formas más pulidas y redondas en boca, donde la elegancia de este viñedo asoma por encima de otras sensaciones.

Un vino delicioso, para beber en este momento, aunque no apostamos por una gran longevidad, lo cual confirma nuestra teoría con las añadas cálidas. En cualquier caso uno de esos vinos que está en su momento ideal, en su momento de consumo.

Lo cierto es que el mayor clasicismo de Camp Gros nos convenció algo más que el estilo de Gaiun, siendo los dos excelentes representantes de la vertiente más clásica de Barbaresco, vinos de gran acidez, de enorme estructura, que muestran sensaciones de terruño por doquier. De las añadas, obviamente 2004 destaca sobremanera. Se nota a la legua su calidad, su equilibrio, su capacidad de envejecimiento frente a dos añadas cálidas como 2003 y 2000. No son vinos baratos, hablamos de cifras cercanas a los 70 euros en todos los casos, así que nuestra opinión es que hay que seleccionar y los dos vinos del 2004, en especial el Camp Gros, son dos magníficas opciones para disfrutar de un gran Barbareco, de un Barbaresco aristocrático.


(*) Las fotografías de Alberto di Grey y del viñedo Martinenga han sido extraídas de la web de la bodega (http://www.marchesidigresy.com/)

Un saludo y hasta la proxima,
Eugenio Sáenz de Miera Arnau
(EuSaenz)

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