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Manuel Olivier Bourgogne 2018

Entrada original : Manuel Olivier Bourgogne 2018

«Jon (Snow) encendió una hoguera, les pidió a los encargados de suministros un barrilito del vino tinto que más le gustaba a Mormont, y lo vertió en un puchero. Lo colgó sobre las llamas mientras recogía el resto de los ingredientes. El Viejo Oso era muy maniático en lo relativo al vino especiado, tanta canela, tanta nuez moscada y tanta miel, ni una gota más. Pasas, bayas y frutos secos, pero nada de limón, que era la herejía más repugnante del sur…cosa extraña, puesto que el limón si le gustaba con la cerveza matutina».

George R.R.Martin – Choque de Reyes – Canción de Hielo y Fuego 1998

No pude evitar traer este fragmento de un libro de George R.R. Martin, el autor de la saga Canción de Hielo y Fuego, que inspiro la serie de HBO Juego de Tronos, y en el que nos comentan un poco de pasada los gustos del Lord Comandante de la Guardia de la Noche en el tema vínico. Para los que no conocen la saga, digamos que la Guardia de la Noche trabaja en la zona más al norte del continente imaginario de Poniente, y por tanto, su costumbre más habitual es beber el vino caliente, para combatir el frío. Además, al estar tan al norte, la calidad del vino deja bastante que desear, es difícil de obtener, y necesita complementos cuál gin tonic, para hacerlo bebible, ya no digamos disfrutable. En Poniente, el mundo imaginario donde acontece la historia, los mejores vinos proceden de dos zonas claramente determinadas, la Isla de El Rejo, y Dorne. La influencia del vino, tanto en la Corte como en las clases altas de la historia de Poniente es constante, y las casas más pudientes suelen acceder a mejores vinos sin necesidad de mezclar, abundando en el hecho que la capital, Desembarco del Rey, se encuentra bastante al sur. Algo parecido ya nos contaba el gran Homero en la Iliada y La Odisea, cuando los anfitriones ofrecían sus vinos levemente mezclados, y si el invitado era de gran calidad, su mejor vino sin mezclar.

Una frase mítica de Tyrion Lannister

La correlación simbólica con la realidad del vino es meridiana. En la mitología de Martin, las clases populares suelen beber cerveza en cuernos de animal, mientras que las clases altas y con más poder, muestran su elitismo bebiendo vino sin mezclar en copas metálicas. Ese mensaje, esa segregación, siempre me llamó la atención en la serie y en los libros, más allá del mensaje que manda, y es que si no eres rico, no puedes beber vino, algo que mucha gente piensa en el «mundo real» que vivimos. Incluso en una ocasión, a uno de los personajes capitales, Daenerys Targaryen, la intentan envenenar ofreciéndole varias bebidas, siendo la ponzoñosa, por supuesto, el vino. Otro ejemplo en el que en la serie de TV se asocia el vino con el mal, es una escena en la que una septa (sacerdotisa) es ahogada brutalmente en vino por la Reina Cersei Lannister, con toda la Justicia en este caso.

Me prometí a mi mismo que, acabada la serie, me haría con los libros, y ya voy por la mitad de la lectura total de Canción de Hielo y Fuego. El confinamiento y el verano son una época fantástica para dar un empujón a esta promesa, y con la fecha límite aún sin marcar, la publicación del último libro, espero estar al día antes que llegue a desvelarse el final. Es duro ser frikie. No quiero ni pensar cuantos vinos van a caer por el camino, pero hoy os traigo uno que sin duda haría las delicias del Consejo Privado del Rey.

El Manuel Olivier Bourgogne 2018 está elaborado por Domaine Manuel Olivier desde Nuits-Saint-Georges, estando por tanto ante un AOC Bourgogne. Cuenta con apenas 10 hectáreas de viñedo, pero a la vez logra tocar varias denominaciones como Bourgogne Aligoté, Bourgogne Pinot Noir, Vosne-Romanée o Gevrey-Chambertin, entre otras. Este vino es un monovarietal de pinot noir con una crianza de 14 meses en barrica usada. El vino presenta un color rojo cereza de capa media, destellos cardenalicios, lagrima densa para sus 12,5 voltios. Buena nariz, floral, violetas y fruta roja fresca, amable y con un sutil punto herbáceo, franco y sin maquillar. Amable entrada, amplio, con un punto amargo, fresas, delicioso, estando mucho mejor al segundo día, la madera apenas se aprecia, en mis notas apunté una posible crianza de 10 meses, con un final bastante persistente y frutal. Un vino para repetir sin duda, y sin mezclar, y una buena entrada para el Día de mi Nombre.

R.

 

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