Bodegas Castaño: el arte de la monastrell
Castaño, una tradición familiar
En la familia Castaño estamos orgullosos de dos dones que nos ha otorgado la naturaleza: la calidad de nuestra tierra y una variedad que se encuentra entre las más afortunadas y reputadas del mundo: la monastrell.
Hemos apostado con ilusión por las nuevas tecnologías sin olvidar el legado que hemos recibido de las generaciones anteriores. La pasión por una cultura ancestral tan arraigada a nuestra tierra, nos hace comprometernos con el futuro en popularizar en todo el mundo esa uva tan noble que es la monastrell.
Fruto de nuestro afán experimentador y con el respaldo del conocimiento de la variedad, hemos puesto en marcha proyectos vitivinícolas en otras zonas de producción donde la Monastrell tiene gran peso específico como la DO Alicante y DO Jumilla. Nacen así dos nuevos conceptos paralelos a Bodegas Castaño: Bodegas Sierra Salinas y Altos del Cuadrado, tres bodegas, tres concepciones distintas de una misma variedad y con una clara filosofía por la calidad.
Nuestros terruños
No hay misterio, nuestros vinos nacen de las más de 400 hectáreas de viñedos repartidas en cuatro grandes parcelas, situadas en diferentes puntos de la Denominación de Origen Yecla. Esto nos permite disfrutar de cuatro tipos de suelos diferentes donde cada variedad encuentra su espacio idóneo para desarrollar todas sus virtudes. Es nuestro único secreto.
- Las Gruesas. 160 hectáreas situadas al norte de Yecla de terrenos calizo-pedregosos donde hemos plantado Monastrell, Garnacha, Merlot, Cabernet-Sauvignon y Syrah.
- Espinal. Al suroeste de Yecla, en suelos predominantemente arcillosos, se expanden las 116 hectáreas de Espinal plantadas de Monastrell, Cabernet-Sauvignon, Merlot, Syrah, Macabeo y Chardonnay.
- Pozuelo. Ubicada al noroeste de Yecla a lo largo de 115 hectáreas en terrenos calizos. Monastrell, Garnacha, Merlot, Cabernet-Sauvignon y Syrah son las variedades plantadas.
- Arabí. La más pequeña de nuestras parcelas está en el norte de Yecla, en las faldas del monte Arabí, en suelos pedregosos donde la única uva es la Monastrell.
Nuestra Bodega
Equipada, no sólo con los más modernos sistemas de vinificación, sino también con el personal más especializado que hace posible cada día la realidad de Bodegas Castaño.
Mesa de selección, depósitos de acero inoxidable, prensas neumáticas, nave de crianza en una cava subterránea con 2.000 barricas de roble americano y francés, grupo de embotellado en frío... siempre en busca de la tecnología más avanzada que ofrece el mercado en cada momento.
El cuidado del viñedo y la selección de las uvas, la elaboración con pulcritud, sin caer en extracciones excesivas, junto a una medida crianza en roble, es nuestra filosofía que busca aunar la fuerza y la elegancia en toda la gama de vinos.
Nuestra tierra: Yecla
Los Castaño hemos mantenido la antorcha de dignificar la tierra de la Monastrell a través de nuestro trabajo con esta variedad autóctona.
Nuestra bodega se encuentra situada dentro de Yecla, cuya denominación abarca más de 3.500 hectáreas de viñedo con dos zonas de diferentes características geográficas: Campo Arriba, en la parte norte, con una altitud de 700-800 metros y con un suelo pobre de humus, compuesto mayoritariamente de caliza, y Campo Abajo, en la parte sur de Yecla, se encuentra a 400-500 metros con mayor riqueza de humus.
Las variedades autorizadas por el Consejo Regulador son:
- Tintas: Monastrell, Garnacha, Garnacha Tintorera, Tempranillo, Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah.
- Blancas: Macabeo y Chardonnay.
El momento de la Monastrell
Después de unos años donde los vinos ‘de moda’ presumían de tener poco color, ligereza y un grado alcohólico bajo, los tiempos han cambiado. Hoy se da menos importancia al grado alcohólico si existe equilibrio entre todos sus componentes. Triunfan aquellos vinos con color, densidad, armonía y donde la fruta está presente.
Es el momento de la Monastrell: una variedad que se adapta, tanto a la cocina tradicional, como a las sofisticadas propuestas modernas tan difíciles de armonizar con el vino, incluso con las llamadas cocinas de fusión. Su mezcla de madurez con el carácter inequívocamente mediterráneo y una frescura que les da vida, hace de la Monastrell un matrimonio de conveniencia.